Hoy finaliza un año sin duda que marcará nuestras vidas y quedará en muestro recuerdos.
Hace días leía las penurias de la guerra y la post guerra. Sin duda sentí empatía por todos nuestros ancestros que cada día se levantaban para conseguir un mundo mejor.Muchos han llamado a éste año como el año del Covid, el año de la guerra humana contra los virus. No obstante no lo considero un año de guerra en sentido completo. Aunque si un año que ha hecho que cada uno de nosotros saquemos nuestro guerrero interior. Ese guerrero de la luz que transmitía mi querido Paulo Coelho en un libro que no sólo conservo sino que a menudo consulto y releo.
Hoy 2020, te voy a decir una palabra que prácticamente no utilizo en mi vocabulario, pues significa FIN e historia nueva. ADIOS 2020. Marcha ya de nuestras vidas. Pero déjanos la sensación de lucha, de supervivencia, de querer cambiar éste mundo que hemos marchitado por no regar cada día.
Éste año comencé a escribir "Ensayo de una cuarentena", cuando entro en nuestras vidas, esa bacteria formada por proteínas insólitas que destruyen y arrasan todo lo que amamos a su paso. Éste año me volví a calzar mis zapatos de guerrera, con la bandera de la ética y luchando contra un sin fin de experiencias: pérdidas de seres queridos, pérdidas de sentimientos que creía ya afianzados en mi vida, enfermedades donde no puedes arropar con tu afecto al que quieres. En si, pérdida de todo lo que conozco desde que era niña, abrazos, sonrisas de mis padres, de mis hermanos, sobrinos, tíos y de los seres que más amo. Éste año he perdido multitud de momentos, de palabras, de caricias, de encuentros y de la luz que se ve en cada alma cuando no tapa su rostro una mascarilla.
2020 te digo Adiós, más gracias. Si. Gracias. Por haberme hecho sentir afortunada y arropada por una gran familia de la que sin duda estoy sumamente orgullosa de portar en mis apellidos y por todos aquellos amigos que me han hecho sentir que soy especial en sus vidas. Gracias por enseñarme a valorar más lo que tengo, por no haber pasado hambre o frío. Y porque al fin y al cabo las experiencias que he vivido en tu simiente diaria desnutrida, me han convertido en una persona mejor, con una calidad en mi pensamiento que antes desconocía. ADIÓS 2020¡¡
Espero que tu hermano el 2021 traiga un poco de paz, serenidad, elocuencia y porque una buena siembra de ética tan echada en falta en la última década. Un nutriente necesario en el crecimiento y madurez humano. Querido 2021 en tus mano pongo mi pensamiento y mi vida. Te prometo que daré de mi lo mejor cada segundo, cada minuto cada día y espero que tú valores el esfuerzo que hacemos para darte la bienvenida con nuestra mejor sonrisa
BIENVENIDO SEAS 2021
30.12.2020
Dru Parbel
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