tu figura rasgada,
tras la niebla de la mañana.
El aire suspira
entre tus hojas verdes,
como los campos de primavera.
Escucho el graznido de los cuervos,
en tus ramas,
intentando levantar el vuelo.
Espero al día y así,
podre saciar mi hambre,
con tus frutos amarillos y jugosos,
aplacando mi sed,
con tu salvia.
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