Embriagada del vino de tus besos,
sucumbo a la noche en tus brazos.
Derivo cual barco naufrago,
al placer de tus caricias.
Escucho la balada,
de tu alma, al rozar la mía.
La noche me envuelve,
con tu aliento, aroma de rosas.
El sueño me invade,
nutrido por tus latidos,
donde ahora descansa mi alma.
"Donde nacen las estelas"
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