Pierdete,
en la mañana de mi mirada,
donde el sonido de los pájaros,
colma el amanecer.
Sumergete,
en los mares profundos de mis entrañas,
donde se cobija la sed,
de tu hambre desconsolada.
Abrigate,
al resguardo de mis bosques,
donde las frías mañanas de otoño,
colman mis parajes de hojas inertes.
Ahora. Despierta¡
Sucumbe entre mis brazos,
rodeada de montes verdes,
de caminos inexplorados,
de días repletos de miel,
de olas agitadas por el mar,
embravecido de mi presencia.
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