Soy, como una gota de lluvia
esperando por campos de desierto,
que habitan en tu mirada,
en cada parpadeo.
Soy, aire refrescando tu estancia,
de febriles noches de estío,
donde la calma,
es esperada por la brisa.
Soy, fuego calentando tus entrañas,
morando en tu lecho y alimentándolo,
en las frías noches de tu alma.
Eres, el viento recorriendo mi piel,
el agua nutriéndola,
el fuego despertando mi ardor,
la tierra que espero anidar,
más allá de los deseos,
de hombres ilusos y ciegos,
que no ven nuestra piel bañada,
del fuego de las estrellas,
en la aurora boreal.
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