No me regales rosas,
regalame un beso de tus labios,
convertidos en pétalos,
donde tu su aroma,
impregne mis sentidos.
No me regales joyas,
regalame el deseo de una caricia,
por tu piel desnuda,
al amanecer con bruma,
del bosque en silencio.
No me regales palabras,
regalame la esencia,
que habite mi alma,
la haga volar hacia la locura,
como las gaviotas vuelan
sobre el mar del Norte.
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