El silencio, en ocasiones,
es la más dulce y aspera palabra.
como la azucar y la sal,
los pensamientos fluyen y se aletargan.
A veces mientras vagas entre sueños,
despiertas a la luz de las velas,
tus manos son tus obras,
tus ojos, tu paisaje.
tus pasos, tú más preciado tesoro.
Entonces, el tiempo se interrumpe,
no hay pesadumbres en tus entrañas,
sólo queda la soledad,
donde antes había habitado,
la esencia.
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