La luna cubierta, por nubes blancas,
en ésta noche azulada por tu mirada,
descubre mi alma, antes sellada.
El mar, oleaje silencioso,
de mi perdida infancia,
trae tus pasos, como las olas,
llegan a acariciar mis pies.
Ahora descalzos.
Mi dulce sosiego.
Mi añorada estrella.
Mi bella luna.
Mi amor. Mi vida.
Mi esperanza. Mi locura.
(Retazos de un Alma. Noviembre 1997)
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